La importancia de la resolución en las impresiones
¿Qué es un pixel y cómo afecta a la calidad de la impresión?
Seguro que más de una vez habrás oído hablar de píxeles. El pixel es cada uno de los puntos que conforman la imagen. Todas las imágenes digitales que vemos en un ordenador están compuestas por millones de píxeles. Si alguna vez has ampliado una imagen o te has acercado mucho, habrás visto como se va descomponiendo en multitud de puntos. En cambio, si observamos la imagen desde una distancia prudente, estos píxeles, aunque siguen ahí, no serán percibidos por el ojo.
Por este motivo, a la hora de contratar servicios de impresión para la publicidad de nuestro negocio, es muy importante tener en cuenta el pixelado. Si una imagen cuenta con una resolución muy baja, el resultado será de mala calidad y los contornos de la misma se verán poco definidos. Por el contrario, si la resolución de la imagen es alta, es decir, si tiene muchos píxeles, la calidad de la impresión será mayor y podremos imprimirla a mayor tamaño sin que se pierdan los detalles. Así pues, antes de imprimir imágenes, es fundamental tener en cuenta tanto la imagen que queremos imprimir como el tamaño que necesitamos para hacer los cálculos.
¿Cuál es la resolución ideal para conseguir una impresión de calidad?
Como ya hemos dicho, cuanto mayor sea la resolución de la imagen, mayor será la calidad de la impresión. Será más real y más parecida a la imagen que vemos en la pantalla del ordenador. Un factor que no tiene nada que ver con el tamaño al que esté la imagen. Podemos encontrar imágenes pequeñas que pueden aumentarse mucho de tamaño y otras más grandes que no cuentan con mucha resolución y que no nos permitirán aumentarlas más sin perder definición.
Cuando trabajamos con una imagen que queremos imprimir, es fundamental que, al menos, cuente con una resolución estándar de imprenta de 300 ppp. De lo contrario, el resultado será malo, provocando el efecto de los conocidos bordes de sierra. Para saber la resolución que necesitaremos, lo primero que debemos saber es la distancia a la que será vista. La resolución es inversamente proporcional a la distancia de visión. Nuestro ojo es capaz de percibir una determinada resolución en función de la distancia. Con lo cual, a mayor distancia de visión, menor deberá ser la resolución, ya que el ojo no podrá apreciarlo.
Hay una fórmula que dice que la inversa de la distancia de visión multiplicada por la inversa de la resolución da como resultado la cifra a comparar con la limitación humana. Esto quiere decir que a 15 metros de distancia nuestro ojo no distingue más de 5ppp o que a 2,5 metros no distingue más de 30 ppp.
Una vez conocida la resolución que necesitaremos, solamente nos queda definir las medidas de largo y ancho para saber los píxels que requiere la imagen. Si multiplicamos los pixels de largo por los pixels de ancho, obtendremos los megapíxeles que deberá tener la imagen. Por ejemplo, si queremos imprimir un cartel publicitario de 3 metros de ancho por 1 metro de alto para colocarlo detrás de la barra de un restaurante, donde la distancia de visión será de 1 metro, necesitaremos una resolución de 76 ppp. Aplicando la fórmula:
300 cm X 76ppp = 8.976 pixels
100 cm X 76ppp = 2.992 pixels
Multiplicando ambas cifras, el resultado es que necesitaremos una imagen que cuente con una resolución de 26,8 megapíxeles.